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La politización de la Justicia en Colombia

 

Filosofía política

Los ciudadanos de las polis se cuestionan permanentemente sobre un asunto de vital importancia como lo es la justicia social, ya que pasan los gobiernos y siguen en la miseria los mismos sectores que siempre han estado, al caído caerle, la presencia de quien puede ayudarles llega sólo en épocas electorales. Se culpa de la violencia al creciente negocio de los cultivos ilícitos y de las rentas criminales. También se cuestionan sobre el papel de la democracia, preguntas válidas en una sociedad cada vez más caótica, incluso con la posesión por primera vez en la historia de un gobierno progresista que ad portas de su primer año, no registra mayores avances del “cambio prometido”.


Diagramación propia.

 

El problema en Colombia, no es de las corrientes ideológicas, de izquierda, de ultra izquierda, del comunismo, de las guerrillas (ahora actor político) – aunque en otros países se les siga signando como terroristas -, ni tampoco de las derechas, de la ultraderecha, de los paramilitares, mucho menos lo es de la social democracia o del centro, incluso de las religiones y de las Instituciones que soportan el Estado Social de Derecho.

 

Colombia, no vive o ha vivido una guerra. No. Apreciados ciudadanos del mundo en Colombia lo que se ha vivido y se vive es una barbarie, criminalidad, secuestros de niños, de mujeres indefensas, de emprendedores y terrorismo. Colombia, no ha vivido en los últimos 60 años ninguna guerra, en lo que se ha denominado “El conflicto interno colombiano”. En Colombia como en muchos países del mundo lo que ha vivido es la impunidad, frente a una galopante corrupción, que desborda la capacidad de aplicación de la justicia, porque, además, pueden existir muchos factores, pero escapan al entendimiento de los ciudadanos.


¿Será que la justicia en Colombia, está politizada y por ello el país vive este estado de cosas? Que pregunta más escalofriante que a juicio de ustedes podrán dilucidar una vez terminen de leer este grito de justicia, ya que es el detonante ante tanta corrupción que permea lo privado, lo público y todas las clases sociales en tanto individuo.


El doctor Ricaurte Losada Valderrama, autor del libro titulado “La Justicia al servicio de la Política”, quien además fue juzgado en términos políticos de manera injusta y espera el desenlace de una demanda ante la Corte Interamericana de los de Derechos Humanos (CIDH-OEA), por la violación a sus derechos humanos, desentraña la crudeza de este fenómeno que, a renglón seguido, citaré, no sin antes dejar claro que este artículo de naturaleza filosófica no pretende atacar a nadie, lo que pretende es crear una emergencia, ese es el llamado del filósofo, el cuestionarnos como sociedad, amen de muchas otras preguntas de toda naturaleza.




Porque, aunque no creas, seguimos filosofando en pandemia, en la pandemia de la corrupción.


“La justicia está politizada esencialmente por dos razones: porque los principales organismos de la Rama Judicial tienen muchas funciones electorales que es indispensable eliminarles al ser ajenas a la función judicial. De ahí su amplia politización y, además, porque sus magistrados no tienen juez real que los investigue y juzgue.”

 

“En cuanto a lo primero, los magistrados de la Corte Suprema de Justicia eligen al fiscal general de la Nación; a dos magistrados del Consejo Superior de la Judicatura; escogen un miembro de la terna para elegir al procurador general de la Nación y, otro para elegir al contralor general de la República; presentan una de las tres sendas ternas para elegir a los magistrados de la Corte Constitucional; su presidente es uno de los tres presidentes que escoge al registrador nacional del estado civil; elabora la terna de la cual el Consejo de Estado elige el auditor de la Contraloría General de la República y, como si todo esto fuera poco, eligen sus remplazos.”

 

“Por su parte, el Consejo de Estado elige tres magistrados del Consejo Superior de la Judicatura; escoge otro miembro de la terna para elegir al procurador general de la Nación y otro para elegir al contralor general de la República; presenta una de las tres sendas ternas para elegir a los magistrados de la Corte Constitucional; elige el auditor de la Contraloría General de la República y el contador general del Estado, así como mediante la cooptación, a los miembros del propio Consejo de Estado y su presidente participa en la elección del registrador nacional del estado civil.”

 

“La Corte Constitucional, corporación de las que menos funciones electorales tiene, sin embargo, elige un magistrado del Consejo Superior de la Judicatura; escoge un nombre para conformar la terna de la cual se elige el contralor general de la República, otro para elegir al procurador general de la Nación y su presidente designa con los presidentes de la Corte Suprema de Justicia y del Consejo de Estado al registrador nacional del estado civil.”

 

“Con este panorama queda claro que los magistrados tienen que emplear mucho tiempo en actividades electorales que los distraen de su función de administrar justicia y que la procedencia de los principales cargos de la Rama Judicial es política, en razón a que para la elección de los magistrados de la Corte Suprema y del Consejo de Estado se elaboran una listas por el Consejo Superior de la Judicatura y a que los magistrados de la Corte Constitucional son elegidos por el Senado y, por lo tanto, muchos de sus fallos son políticos, como lo fueron los míos, hechos suficientemente probados y expuestos en mi libro, La Justicia al Servicio de la Política.”

 

“Es ineludible entonces que en esas circunstancias los magistrados no estén influidos por factores políticos y electorales”.

 

“La justicia está politizada esencialmente por dos razones: porque los principales organismos de la Rama Judicial tienen muchas funciones electorales que es indispensable eliminarles al ser ajenas a la función judicial. De ahí su amplia politización y, además, porque sus magistrados no tienen juez real que los investigue y juzgue.”

 

“La Corte Constitucional, corporación de las que menos funciones electorales tiene, sin embargo, elige un magistrado del Consejo Superior de la Judicatura; escoge un nombre para conformar la terna de la cual se elige el contralor general de la República, otro para elegir al procurador general de la Nación y su presidente designa con los presidentes de la Corte Suprema de Justicia y del Consejo de Estado al registrador nacional del estado civil.”

 

“Con este panorama queda claro que los magistrados tienen que emplear mucho tiempo en actividades electorales que los distraen de su función de administrar justicia y que la procedencia de los principales cargos de la Rama Judicial es política, en razón a que para la elección de los magistrados de la Corte Suprema y del Consejo de Estado se elaboran una listas por el Consejo Superior de la Judicatura y a que los magistrados de la Corte Constitucional son elegidos por el Senado y, por lo tanto, muchos de sus fallos son políticos, como lo fueron los míos, hechos suficientemente probados y expuestos en mi libro, La Justicia al Servicio de la Política.”

 

“Es ineludible entonces que en esas circunstancias los magistrados no estén influidos por factores políticos y electorales.” ricaurtelosada@hotmail.com Lozada (2019)

 

 

¿Creen ustedes respetados lectores que, con una carga tan visible de actividades electorales, como se puede apreciar, la justicia puede impartir justicia a los corruptos, siendo este en últimas la chispa de tanta impunidad y violencia?  

 

 

Referencias

Lozada, R. (2019). La Justicia al Servicio de la Política. Régimen Insostenible. Bogotá, D.C.: Ibeñez.

 




 

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